Dios aprieta pero no ahorca y las anteojeras del kirchnerismo

Como siempre, el rescate llegó sobre la hora. Y esta vez no le tiraron uno sino dos salvavidas a Milei. El de Trump, increíble: dólares por pesos. Tan increíble como la explicación de Bessent, el jefe del Tesoro: el peso está por debajo de su valor y es un buen negocio comprar pesos. En 40 años Estados Unidos hizo sólo tres operaciones de este tipo con yenes, marcos y euros. Es la primera vez que se mete en un país emergente.
El equipo económico salta en una pata, y con razón: no nos dieron un tanque de oxígeno, nos dieron un barco de oxígeno. De momento todo bien, pero no sabemos si fue algo excepcional o será una regla, ni cuántos dólares nos vendieron. Tampoco, las condiciones. Bessent, el director de la película Rescatando al soldado Milei, tuiteó: Argentina está echándole flit a los chinos, y a Guillermo Francos no le quedó otra que salir a desmentirlo. Perdón, Bessent. Lo que importa: empezó la ayuda justo cuando sonaban las alarmas. Las cuentas cantaban que no habría dólares para aguantar las dos semanitas más duras, hasta la elección. Pregunta obligada: ¿por qué estamos siempre al borde del abismo?
El otro salvataje había llegado un día antes, de la mano de algunos gobernadores que ayudaron a Milei a parar en el Congreso la jugada del peronismo para limitar los DNU. Perder esa herramienta hubiera disparado un mensaje catastrófico a Washington, que reclama pruebas de gobernabilidad. ¿Hace falta recordar que el mileísmo ha sido muy exitoso en pelearse con casi todos? Y que a nadie, salvo a sí mismo, puede cargarle la culpa de haber perdido aliados y tener hoy menos diputados propios de los que tenía cuando arrancó.
Encima, desde los audios de Spagnuolo, un marginal que manejó una agencia para la discapacidad con unos US$ 4.000 millones de presupuesto y fue grabado boconeando que en ese organismo se pagaban coimas, el kirchnerismo pone cara de lápiz y lo corre a Milei con la corrupción. Es como si te acusara de narco el Cartel de Sinaloa. Pero Spagnuolo, que no sabe/no contesta, nombró a Karina Milei y al Lule Menem y habló del 3%, que ha prendido como una consigna en la campaña.
Algo o mucho de eso se repite con la chicana de narco que le cuelgan a Espert, el diputado y candidato que eludió decir todo el tiempo que pudo lo que no se atrevía a decir sobre su relación con Fred Machado, un personaje mafioso del mundo de los aviones privados que maneja una montaña de plata y es reclamado en Estados Unidos por fraude y lavado de dinero.
La historia es de 2019. Machado se acercó a Espert, en campaña para ser candidato a presidente y le ofreció ayuda. En realidad, estaba comprando protección. Le prestó su avión y su camioneta, y comentario al margen: esa camioneta, usada por Espert, fue atacada a tiros. ¿Qué tal? Machado también le dio dinero para moverse y firmaron un contrato por un millón de dólares para que Espert lo asesore con una minera en Guatemala, que estaba cerrada. ¿Quién no ha conseguido asesoramientos así?
Como Moretti, el presidente de San Lorenzo que se embolsó los 25 mil dólares que supuestamente eran para el club, Espert se quedó con el anticipo de 200.000 que supuestamente eran para su partido. Sin embargo, en una cosa Espert dice la verdad: no cobró 200.000. Cobró más.
Llegaron la pandemia y la cuarentena y dejaron de verse. De pronto, denuncia Grabois y comienza otro sainete. Espert jura por Dalma y Gianinna que no tiene nada que ver. Milei pisa el palito, algo que no le cuesta nada, y dice que son chismes de peluquería. Pero aparecen más pruebas y desde el mismo gobierno aprietan a Espert para que salga a responder. Una ministra amaga con renunciar y Bullrich lo presiona. Se la tiene jurada desde que Espert se alineó con Larreta, por supuesto que por ideas, no por plata. Eran los días de billetera mata candidato del jefe de la Ciudad, que tuiteó: “Con Espert sumamos gente de bien”. El archivo no perdona.
Espert, finalmente, acepta ir a un programa amigo para aclarar, pero sólo oscurece y en la sobreactuación emboca a Machado como narco. ¿Y cómo reacciona Machado? Hace llegar al canal un video con Espert tomando sol en la pileta de la casa de Machado, quien, como en un descuido, deja en su casa la copia del contrato por un millón de dólares. Game over. Dos líneas más: Espert es de esas personas soberbias, que normalmente no te caen bien. Está programado así, y por eso nadie salió a bancarlo.
Fin de esta historia y comienzo de otra. Machado ha conseguido pisar la extradición durante más de cuatro años. Son las cosas que aquí se pueden lograr con dinero, mucho dinero. Ahora entró en tiempo de descuento. Su abogado es Francisco Oneto, también abogado de Milei. Machado escrachó a Espert y tiró otros nombres. Un aviso de que está dispuesto a revelar más cosas si lo traicionan.
Con estas cosas, el kirchnerismo no necesita hacer campaña. Su campaña es agitar lo de Espert y lo de Spagnuolo, y escrachar a Milei. Es política. Pero ¿cómo puede todavía defender a la dictadura chavista? Cuando en 1980 otorgó el Nobel de la Paz a Pérez Esquivel –sobreviviente de la tortura y los vuelos de la muerte- la Academia en Oslo reconoció a un argentino que había “iluminado la oscuridad” y que trabajaba para que su país “prescinda del uso de la violencia”. El régimen militar intentó esconder la decisión, que Clarín publicó como principal título de tapa.
Ahora los K hacen lo mismo que los militares con el premio a María Corina Machado. Prefieren una dictadura de izquierda a un gobierno democrático de derecha. Bajo el asedio de un régimen que sistemáticamente viola los derechos humanos, Machado protagonizó una epopeya. Movilizó una sociedad abatida y demostró de forma transparente que el régimen escondió que su candidato –ella estaba inhabilitada- ganó de forma aplastante unas elecciones presidenciales que Maduro se robó.
El Nobel no es un premio ni a sus ideas ni a su trayectoria. Es un reconocimiento a su lucha pacífica para liberar a un país que en los 70 recibió –como hacemos hoy con los venezolanos- a decenas de miles de argentinos que en la dictadura militar encontraron allí un refugio generoso.
Fuente: www.clarin.com